Hoy me he propuesto escribir un texto que no dijera nada, y tras varios intentos sin éxito voy a contarles lo que he intentado hacer. Primeramente, para escribir un texto que no dijera nada necesité un poco de “nada”, pero como no me quedaba “nada de nada” tuve que ir a comprar nada a una tienda.
Cuando entré en la tienda, el tendero me dijo: ¿Que desea usted señor?
-Nada, dije yo, el hombre me miró con cara de no entender nada, y le explique que quería hacer un artículo sobre nada, y me dijo que en ese caso, miraría a ver si el su compañero podría darme nada. Tras un breve instante, el tendero volvió y me dijo que nada de nada, que no le quedaba nada, que ya se había agotado. Me aclaró:
-Señor, es muy curioso su caso, nunca vi a nadie que viniera a mi tienda a pedirme “nada”.
–Sí, la gente hoy en día no se preocupa por nada, allá ellos, así les irá.
En un intento exageradísimo por parte del tendero de que yo me fuera:
-Bueno pues nada, si quiere puede dejarnos un número al que llamar y si no nos llega nada, pues nada.
Agradecido me fui sin darles el número, no es normal que en una tienda no tengan nada. A paso firme me fui al edificio de enfrente donde me encontré con un hombre que tenía pinta de no estar interesado en nada, pero fui y le hablé:
-Perdone, ¿tienen nada?, el hombre, resultó ser un afamado filósofo español que me contestó:
La nada no es nada y como no es nada, puede ser cualquier cosa; pero no cualquier cosa puede ser nada. Para que cualquier cosa sea nada pues no puede ser cualquier cosa por lo que entonces será algo; pero si es algo pues ya no es nada porque la nada no puede ser algo y si no es algo, entonces es cualquier cosa; pero quedamos en que no cualquier cosa puede ser nada por lo que llegamos a la conclusión de que nada es nada pero nada no puede ser nada, ni algo, ni cualquier cosa.
Tras ésta aburrida explicación, me retiré, -gracias…; a lo que el hombre contestó: -de nada; (claro, que iba a decir). Me fui para casa sin nada. Al llegar a mi casa, me puse a escribir, curiosamente, la única cosa que nos interesa a las personas en éste mundo, es nada. Me explico, en esos clásicos programas de televisión, cuando uno pierde siempre se va sin nada. Cuando una chica se despide de su novio por tener lo que sea lejos de él, le dice “no me importa nada” “solo tú”. La conclusión de todo esto, es que las personas tenemos que dejar de preocuparnos por nada, y pasar a disfrutar de la vida. Por eso, el título de éste texto es “el texto que no conduce a nada”.
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